Estar a la moda no tiene size

Cerdita, Gordita, Negrita y Guaynabita

Comparto Columna chulísima de Little Miss Bacon…Disfrútenla.

Viviendo en el hermoso archipiélago boricua se aprende de todo y se sabe de nada. Una de las cosas que he descubierto de esta hermosa isla es que se odia el racismo pero se promueve. Se repudia el discrimen pero se practica y se pretende ser inclusivos pero sin unirse mucho. Es algo así como, juntos pero no revueltos. Así que en la gran pequeña isla del cordero una cerdita se tiró a la tarea de vivir la vida de una “guaynabita”, y me he encontrado de todo sobre la marcha.

Todos los días me levanto a la lucha en contra de los miles de comentarios, de las miradas acosadoras, de los juicios. Comentan sobre mi peso, sobre mi barriga, sobre mi estilo de vida. Comentan y se ríen y se burlan y todo dentro de un marco de camaradería como si de lo que hablasen fuera un nuevo auto o las vacaciones del próximo verano.

Me miran constantemente como si fuera un muñeco animado de ACME al cual el perro le parece ver como un Hot Dog. Le preguntan a mi cuidadora si es que acaso ella pretende cocinarme. JA! Es que ella está consciente de lo que representaría en su karma in saecula saeculorum.

Dentro de tanto comentario, he aprendido a no juzgar, a no escuchar. Quien ciertamente vive a la defensa de los que me atacan y amenazan. Mi fiel y bondadosa mamita. Quien sin importar los señalamientos, el juicio establecido por tantos, sin que preocupe mi estatus social o mi condición física siempre está ahí.

La realidad es que ella no se deja llevar por nadie, siempre me recuerda que yo soy su “gordita hermosita”. Que no importa lo que otros digan o hagan, quienes vivimos los día a día juntos somos nosotros y lo disfrutamos. Quisieran muchos tener esa relación nuestra en la que no pasa un día sin admirarnos. Yo a ella cuando cocina manjares, ella a mí cuando duermo horas largas.

Mientras voy patrullando en mis cuatro patitas lo que más disfruto escuchar es la admiración de muchos sobre mi forma de caminar. “Parece que anda en taquitos” es la constante. Pero es que a mí me encanta tongonear mis caderitas con mi particular meneíto.

Pero viéndolo todo desde mis cortas patitas, me doy cuenta, de la batalla a la que todos los días se someten miles de mujeres, que a diario se levantan a luchar por lo suyo. Son esas que salen en sus monumentales zapatos a levantarse unas pulgadas  de estatura para dejar sentir el peso de la responsabilidad que cargan a cuestas. Esas que son madres, esposas, amigas, hijas, responsables trabajadoras que aguantan el discrimen, las largas horas de trabajo que no acaban porque al salir del horario laboral, les espera el del hogar.

Son esas las que también sufren por llevar unas libritas a cuesta, producto muchas veces de la intensidad de sus días o de los manjares típicos de su cultura o cómo no, del residual de algún pedacito de cielo que cargó por unos meses en su barriga y al cual le dedica su alma, vida y corazón.

¿Somos gorditas y qué? Para quienes nos aman somos hermositas sin importar el peso. Y así debe ser. En la gran pequeña isla del cordero, yo, una cerdita, negrita, guaynabita, vive caminando en taquitos y dejando a todos anonadados con mi estilo de vida de celebridad.

Por: Little Miss Bacon

 

Quise compartir esta columna que me parece interesantísima para una sociedad que estigmatiza, que juzga, que segrega y que rechaza.. desde una perpectiva diferente comunicamos que tenemos que querernos AMARNOS, respetarnos y aprender a disfrutar las diferencias de otros. Y todas nosotras debemos vivir con una actitud positiva y radiante…y eso denota que nos QUEREMOS MAS…

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